En las instalaciones del Hall Central del Anexo del Senado fueron reconocidos ex autoridades políticas que se impusieron en las elecciones de 1983 y trabajaron con responsabilidad de reconstruir los valores democráticos y las libertades civiles.
Entre los agasajados por el Vicegobernador Bonaerense, Daniel Salvador, estuvo el ex intendente local Eladio Delfor Zuetta quien recibió un diploma de honor por su tarea al mando del ejecutivo entre 1983 y 1987.
También los asistentes recorrieron una muestra de postales que recordó la gestión de Raúl Alfonsín en la nación y la gestión de Alejandro Armendáriz en la Provincia de Buenos Aires.
En el comienzo de su alocución, Daniel Salvador abrevió: “1983 significa libertad, derechos humanos, estado de derecho y democracia”. Y fue más amplio al afirmar: “Significa República, y se encarna en Raúl Alfonsín”.
El titular del Senado refirió que 1983 representa el retorno de la Argentina al concierto de naciones civilizadas. “Aquellas que toleran y hasta alientan los disensos. Aquellas que protegen a sus minorías. Aquellas que intentan y logran convivir en paz con el resto del mundo, en general, y con sus vecinos, en particular”, completó.
Más adelante, aludió a los 35 años transcurridos desde 1983: “Algunos objetivos ya fueron logrados, otros están en curso de ser alcanzados y aún no fue posible asegurar el resto”.
Y puso de relieve la significancia de un hecho que consideró central para la vida del país: “Fue posible asegurar el traspaso democrático del gobierno Nacional. Un proceso cuyo primer gran hito fue la transferencia ordenada, legal y legítima de los gobiernos provinciales y municipales en 1987”.
“Sin dudas- continuó- aquel momento se debe en gran medida al inquebrantable espíritu democrático del entonces presidente, pero también, y valga como mi homenaje, a los gobernadores y a los intendentes de la época”.
Salvador, tomó un tiempo durante su discurso para manifestar un sentido reconocimiento para Alejandro Armendáriz y Antonio Cafiero, protagonistas ambos de aquel momento histórico.
“Y vaya también para los 134 intendentes de aquel entonces, pioneros indispensables en la concreción del objetivo republicano”, lanzó.
En este particular aniversario, el Vicegobernador admitió que la clase dirigente debe comprometerse en alcanzar aquellas metas aún pendientes, que consisten en asegurar un bienestar básico para todos los habitantes del país. “En palabras propias de Alfonsín: comer, curar y educar”, soltó.
Por último, fue concluyente al afirmar: “Ese debe ser nuestro compromiso con el país y nuestro mejor homenaje al ex presidente”.
Acto seguido, el titular del Senado entregó una distinción al joven Alejandro Joaquín Armendariz, nieto del ex gobernador, quién en forma sentida, agradeció a todos los hombres y mujeres que lucharon por la reinstauración de la democracia hace 35 años. “Eligieron el camino de la vida, de la paz y la justicia que culminó en un Nunca Más”, exclamó.
Después fue el turno de la compañera de fórmula de Armendáriz, la arquitecta, Elva Roulet, que puso de relieve el hecho de que haya sido un joven, el nieto de Armendáriz, quién dio inicio a las condecoraciones: “Es un auspicio hermoso que los jóvenes afiancen la democracia, la conviertan en un régimen permanente y trabajen para mejorarla”.
Fue entregado un presente a la figura de Antonio Cafiero en su calidad de gobernador electo en 1987, que fue recibido por los senadores justicialistas Pignocco, Bozzano y Díaz Pérez, éste último en sus breves palabras propugnó el “dejar de lado las diferencias políticas para centrarse en la defensa de los valores democráticos”.
En representación del ex vicegobernador, Luis María Macaya, recibió el presente su amigo, Alberto Ochoa.
En tanto, fueron desfilando familiares y amigos de los intendentes de la democracia recuperada, que recibieron medalla distintiva en representación de aquellos que han quedado sumergidos en la eterna memoria de sus pueblos y ciudades.
En forma posterior y con la intención más íntima de que el canto renueve los votos de cada uno de los argentinos de vivir unidos por la libertad, la justicia y la paz, el colmado auditorio apreció el arte ofrecido por la Camerata de la orquesta de Berisso que dirige José Bondar, conjuntamente con la orquesta escuela juvenil de Berisso, con la dirección de Fernando Tomé.
Disfrutaron del Coro Facultad de Bellas Artes UNLP; Georgina Perazzo y Bernardo Latini junto a Hugo Figueras y Oscar Allorio en interpretaciones.