El delantero de Bayer Leverkusen cuenta cómo es su adaptación al fútbol alemán y recuerda su despedida de River. «Lo más difícil fue decirle a Gallardo que me iba, pero creo que me entendió», admite.
Hay una escena de la vida cotidiana que a Lucas Alario le hace caer la ficha del lugar en el que se encuentra. Sucede cuando el delantero argentino sale a la calle con el mate, algo que hacía habitualmente en Buenos Aires, Santa Fe o Tostado. Pero la diferencia está, como cuenta él mismo, en que en Alemania lo miran raro. Lo narra en el comienzo de la charla vía telefónica con Clarín. Y también dice que ahí se da cuenta de que está en Leverkusen, una ciudad de alrededor de 200 mil habitantes, que en esta época no supera los 7 grados de temperatura. “Los alemanes son más fríos que la gente de Sudamérica. Acá me encontré con cosas totalmente diferentes. Me siento bien, aunque todavía me tengo que adaptar a algunas costumbres”, admite.
“En Alemania me encontré con algo diferente a lo que estaba acostumbrado en Argentina en cuanto al idioma, las costumbres, las culturas y las formas de pensar y trabajar. Son un montón de cosas. Es un país en el que da gusto vivir. Todo funciona bajo las normas y las leyes. La gente no sale del reglamento y por eso funciona bien el país», comenta sobre la calidad de vida.
Esa misma tranquilidad la encuentra a la hora de hablar del fútbol alemán. «Me han sorprendido los estadios y la organización del campeonato -dice-. Se pueden planificar bien los días libres y las vacaciones porque nunca se va modificar el calendario. Es lo que más me llama la atención. No hay nada que me haga acordar a Argentina«.
Para adaptarse mejor, Alario estudia alemán. «De a poco le estoy agarrando la mano”, explica. Para no sentirse solo en el vestuario del Bayer Leverkusen, se relaciona más con los otros sudamericanos del plantel: el chileno Charles Aránguiz y el brasileño Wendell. Y siente el cariño y el respeto de los hinchas cuando recorre las calles de la ciudad.
-Cuando recién llegaste a River, habías dicho que una de las ligas en las que te gustaría jugar era en la alemana. Hoy estás ahí. ¿Cumpliste un sueño?
-No sé si estoy cumpliendo un sueño. Trato de disfrutar mucho el día a día. Esto es algo totalmente distinto a lo que yo estaba acostumbrado a vivir.
-Y además tenés cerca a Robert Lewandowski (delantero de Bayern Munich), uno de tus referentes en el puesto…
-Sí, es cierto. Pero no sólo él. Me sorprenden mucho los jugadores del Bayern Munich que juegan a un altísimo nivel. Pero todos los partidos encontrás grandes jugadores y muchísimo potencial en esta Liga.
-¿Es difícil el fútbol alemán? ¿Es muy diferente al argentino?
-Es totalmente diferente por el muy alto ritmo al que se juega durante 80 u 85 de los 90 minutos. Por eso uno tiene que estar muy bien preparado física y mentalmente para poder soportarlo.
-En algunos partidos comenzás en el banco de suplentes. ¿Te desesperó esa situación o lo tomaste con tranquilidad?
-Tenía bien en claro que el primer día que llegara no iba a ser titular. Uno tiene que ganarse el lugar trabajando día a día en los entrenamientos y dando el máximo. Si uno no lo da, el técnico puede ponerte o no en el partido. Lo tomo con tranquilidad. Tengo que seguir creciendo como jugador y como persona.
-¿Y cómo es el hincha? Porque se dice que los alemanes son fríos pero llenan las canchas…
-Sí, en cada partido las canchas están llenas. Después la forma en la que viven el fútbol es diferente. Por ahí no son tan pasionales como en Sudamérica, pero trato de disfrutar al máximo cada partido. Siempre con responsabilidad.
¿Hubieras preferido otra manera de irte?
-Mi salida no fue buena desde lo mediático, pero no hice nada fuera de la ley. Si no, no estaría jugando en Alemania. Y eso es lo que más me importa. Obviamente hubiese preferido salir de otra manera, pero se dio así. Han sucedido cosas como la foto posando con la camiseta, que es algo que no salió ni de mí ni de alguien que tengo cerca mío sino de una persona que trató de hacerme mal. No lo hice queriendo ni mucho menos. No soy la clase de persona que hace ese tipo de cosas. Ya pasó. Ahora tengo que mirar para adelante.
-¿Quién es esa persona?
-No importa. Actuó de mala fe y ya está.
¿Seguís trabajando con Pedro Aldave?
-Sí, claro. Sigue siendo mi representante.
-Fue muy cuestionado por la manera en que se dio tu salida de River. ¿No te perjudicó?
-He escuchado que a Aldave lo mataban. Le decían cualquier cosa sobre su familia. Pero el que tomó la decisión fui yo y no él, que me apoyó.
Otro de los rumores que surgieron en ese momento es que vos preferías irte a mitad del año pasado porque si pasaba más tiempo, Colón y San Lorenzo de Tostado, el club en el que te formaste, iban a recibir menos dinero. ¿Hubo algo de eso?
-No, para nada. Opté por lo que sentía y nada más.
-River cuestionó que hicieras una revisión médica para Bayer Leverkusen sin avisarle al club…
-No avisé nada de la revisión médica porque en mi contrato no decía nada acerca de que no podía hacerme un estudio fuera de River. Pasaron varias cosas que me hubieran gustado que se dieran de otra manera, es cierto, y me hago cargo porque yo soy el primer responsable de todo lo que pasó.
-¿Qué te generó que la dirigencia de River haya llevado el caso a la FIFA?
-Es normal. Cada uno va a cuidar lo suyo. Lo entiendo.
-¿Tenés algún rencor con los dirigentes?
-No tengo ningún inconveniente con nadie. Al contrario, tengo palabras de agradecimiento.
Luego de tu partida, en River introdujeron cambios en las cláusulas de rescisión. ¿Deben reverse las cláusulas o dejarlas como están?
-Hay que dejar así el tema de la cláusula de rescisión. Antes de hacerla, se ponen de acuerdo el jugador y el club y se fija un monto. Cuando se ejecuta, se tienen que dar la mano y ya está, porque es un acuerdo entre ambas partes. Y listo.
-¿Con D’Onofrio volviste a hablar en algún momento?
-No.
-¿Y con Gallardo?
-Con Gallardo hablé al principio, después ya no. Siempre hablo con una persona allegada a él. Y también con algunos de mis ex compañeros y colaboradores.
-¿Cómo fue comunicarle a Gallardo que te ibas?
-Fue el momento más difícil que afronté en River. Y fue muy difícil por la oportunidad que él me dio. Me puso nervioso la situación. Creo que lo entendió. Hablamos como si fuéramos dos amigos. Y ahora le deseo lo mejor y ojalá que le vaya bien, como le fue todo este tiempo.
-¿Notaste que fue un baldazo de agua fría?
-Sí, pero lo que haya sentido en ese momento es un tema suyo.
-Algunos creen que si te quedabas, River hubiera ganado la Copa Libertadores. ¿Eso habría apaciguado tu salida?
-Hubiese sido mejor que la ganara para el club, más que por mí. Pero el equipo tuvo desgracia, mala suerte y fallos en contra que hicieron que perdiera ese partido con Lanús. Pero ya está, ya pasó.
-Hubo hinchas de River que se expresaron en contra tuya y algunos hasta te tildaron de «traidor». ¿Cómo tomaste todo lo que se dijo en ese momento?
-No me molestó. Para nada. Lo que es mediático o de redes sociales me tiene sin cuidado. Lo que más me importa es la gente que me rodea, la que siempre está al lado mío.
-También hubo hinchas que te agradecieron por tu paso por el club y por aquellos goles en la Copa Libertadores 2015. ¿Cómo creés que te va a recordar el hincha en el futuro?
-Eso lo tienen que decir ellos. Ojalá me recuerden por los goles, obviamente. Yo al hincha de River le estoy eternamente agradecido por lo que me hicieron sentir y por lo bien que me trataron en mi paso por el club.
-¿Volverías a River?
-Extraño al club, pero hoy no pienso en eso. Estoy enfocado en el día a día y en seguir creciendo en el fútbol alemán. Ojalá juegue muchos años en Europa.