La embarcación, cuyo casco está construido totalmente en madera, corre riesgo de hundirse. Su particular historia.
Un barco varado en la costa del Canal Beagle desde 1954 que constituye una de las clásicas postales de la ciudad de Ushuaia corre riesgo de hundirse, por lo que el gobierno fueguino lanzó en las últimas horas un plan de rescate para intentar salvarlo y poner de relieve su valor histórico.
El Saint Christopher es un remolcador que en la década del 50 fue utilizado para reflotar otro buque, el Monte Cervantes, un crucero alemán que se hundió frente al faro Les Eclaireurs, próximo a la ciudad del Fin del Mundo.
El barco sufrió problemas en el motor y el timón y, como la compañía propietaria de la nave entró en quiebra, quedó abandonado en la orilla del Canal Beagle, en pleno centro de la capital fueguina, donde de a poco fue convirtiéndose en un elemento más del paisaje.
El deterioro progresivo del casco, construido totalmente en madera, hizo que la Prefectura Naval Argentina advirtiera sobre su inminente hundimiento, lo que encendió las alarmas de organizaciones sociales, cámaras empresariales como la de Turismo y el Gobierno provincial.
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La gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, anunció este viernes que los trabajos para rescatar al Saint Christopher quedarán a cargo de la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios (DPOSS) a través de un programa de reparación integral de la costa de Ushuaia que lleva adelante ese organismo.
El remolcador de rescate (ATR) fue construido en Boston, Estados Unidos, en 1943, y al año siguiente fue cedido a la Marina Real Británica (Royal Navy) y bautizado con el nombre de HMS Justice.
Los historiadores le adjudican participación en la Segunda Guerra Mundial y una versión, no confirmada, señala que integró la flota que desembarcó en Normandía, en el llamado «Día D».
Dos años después, en 1946, el barco volvió a Estados Unidos y debido a su «alto costo de mantenimiento» fue vendido a la empresa Salvamar de Argentina.
Es así como en 1954 formó parte de la dotación de cuatro remolcadores (los otros fueron el Chiriguano, el Guarani y el Sanaviro de la Armada Argentina) que intentaron reflotar el buque de pasajeros Monte Cervantes, hundido en 1930.
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El Monte Cervantes, conocido como el «Titanic argentino», había chocado contra un bajo fondo al salir de Ushuaia, pero sus 1.500 pasajeros lograron salvarse y se refugiaron en la ciudad durante una semana, lapso en el que fueron alojados en las casas particulares de los 800 habitantes que tenía la capital fueguina por entonces.
Veinticuatro años después del naufragio, el casco del Cervantes permanecía en el mar y la misión de la que participó el Saint Christopher fue intentar reflotarlo y llevarlo hasta la costa para su desguace.
Sin embargo, el operativo fracasó porque aunque lograron sacarlo a superficie, el casco volvió a partirse durante el traslado y se hundió en un lugar más profundo.
El Saint Christopher presentó, después, problemas en el motor y el timón, y por eso quedó varado frente a la costa de Ushuaia, convirtiéndose con los años en una postal emblemática para residentes y turistas, pero también deteriorándose en forma paulatina hasta quedar, ahora, al borde de su hundimiento definitivo.
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Bertone se reunió ayer con el jefe de la Prefectura Naval Ushuaia, Guillermo José Giménez Pérez, y con el presidente de la DPOSS, Guillermo Worman, antes de formular el anuncio sobre el rescate de la embarcación.
Worman detalló después que la idea es «armar un equipo interdisciplinario entre distintas áreas del Gobierno y la Prefectura».
«Vamos a consultar a técnicos especializados en embarcaciones de madera y convocar a instituciones y referentes locales vinculados con el rescate cultural y todo lo relacionado con la historia de Ushuaia y su relación con el Canal Beagle», agregó el funcionario.
El jefe de la Prefectura le informó a la gobernadora que el barco se encuentra «en un estado crítico que amerita un tratamiento urgente de su situación ante el riesgo cierto de que se produzca un colapso estructural».
El presidente de la organización no gubernamental Ushuaia XXI, Julio Lovece, celebró el anuncio después de un año de trabajo en que esa entidad solicitó a la Cámara de Diputados que declarara al barco como Monumento Histórico Nacional.
«Es parte de la historia de la ciudad. Se ha integrado al paisaje urbano y genera identidad, una especie de intercambio entre el que vive y el que lo rodea», destacó Lovece.
Fuente: Télam.