El 60% de los chicos se sintió o siente solo en el colegio. El 45% tiene miedo de ser agredido. El 78% reconoce que hay agresión física a compañeros, dentro o fuera del aula. Estos fueron algunos de los resultados de un estudio hecho por el espacio cultural El Sábato de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Son datos que demuestran la grave situación actual del bullying en las escuelas y que reflejan una realidad preocupante.
Las encuestas se hicieron, de manera anónima, en escuelas públicas y privadas de la Ciudad de Buenos Aires. Participaron 300 estudiantes de primer y segundo año del secundario. Entre sus resultados, también se destaca que el 34% de los chicos asegura que fue intimidado por compañeros en el colegio y el 76% menciona que a menudo se aísla a algún compañero.
La buena noticia es que el 84% de los encuestados reconoce que existe el problema y afirma que hay que solucionarlo urgente.Además, el mismo porcentaje considera que la solución depende de todos: padres, alumnos, docentes, directivos y autoridades.
«El bullying daña la autoestima de los chicos. Si ellos no desarrollan una autoestima sana, tendrán dificultades para superar sus miedos, desconfiando de sus capacidades, lo que seguramente influirá en las decisiones que tomen como adulto. Debemos frenarlo ahora”, señaló Diego Berardo, director de El Sábato, en un comunicado.
En ese espacio (ubicado en Uriburu 763, subsuelo) este miércoles a las 14.30 van a presentar los resultados del estudio, durante la segunda edición de la jornada “Cultura contra el bullying”. Participará el titular del INADI, Claudio Presman, los padrinos de la iniciativa, la actriz Juana Viale y el periodista Guillermo Lobo, junto a distintas asociaciones que trabajan sobre el tema.
Consultada por Clarín, la directora de Libres de Bullying, María Zysman, comenta que «no le sorprenden para nada» los resultados de esta encuesta. «Los chicos todos son testigos, en algún momento u otro, de situaciones de agresión verbal, física o simbólica. Lo que ocurre es que no el 100 por ciento lo toma de la misma manera», señala. Es decir, lo que a uno lo hiere, al otro no.
¿Cómo actúan los maestros ante una humillación? El 56% de los encuestados dijo que los docentes y autoridades no se meten o no saben qué hacer frente al acoso escolar. Por ese motivo, el 52% de los chicos frente al acoso o intimidación recurre a sus padres y el 21% a sus propios compañeros. Sólo el 20% acude a un docente.
Para entenderlo, hay que pensar en la percepción que se tiene del fenómeno. «Muchas veces, el docente considera que es bullying lo que no lo es. Por mala información o porque los adultos estamos llenos de estereotipos. También los padres consideran bullying lo que no lo es. Y se han naturalizado situaciones de discriminación y hostigamiento que antes no se naturalizaban«, evalúa Zysman.
Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de bullying? Según la experta, es una conducta intencional y sostenida, grupal y liderada por alguien, que busca humillar y descalificar a otro. Ese otro tiene que ser un par. No hay bullying de un adulto a un chico, porque en ese caso sería «abuso de autoridad».
Un problema actual es que los chicos salen del colegio, llegan a sus casas, pero el bullying no se detiene. Solo cambia de plataforma. Es que el 54% de los chicos -según la investigación de la UBA- sostiene que hay hostigamiento a través de las redes sociales.
«Los chicos están muy conectados y sin la posibilidad de pensar, antes de hacer algo, si eso los lastima a ellos o lastima a otro. Les llega un material -donde humillan a alguien, le pegan a alguien, o que es asqueroso- e inmediatamente lo comparten», analiza Zysman. «Muchas veces hay una intensión en las redes de gastar, agredir, o gastar a otro. Pero muchas veces es compartirlo para no ser el único que lo tiene», continúa.
A los resultados de esta encuesta se suma que, según el relevamiento de distintas ONGs, en 2017 se registraron en nuestro país 2.900 denuncias de casos graves de acoso escolar. Y de esas denuncias 527 son en la Ciudad de Buenos Aires, lo que refleja un aumento del 30% respecto de 2016. Por otra parte, el bullying es la primera causa de suicidio adolescente en Argentina y en el mundo.
Ante semejante panorama, la solución puede estar en una palabra: acompañar. Según Zysman, los chicos se sienten solos en la escuela y también en sus casas, donde necesitan de una mayor presencia de sus padres. «Piensan que si cuentan todo esto no van a encontrar una respuesta que los contenga, sino que la respuesta va a ser la culpabilización. Además de la soledad, sienten que es un secreto, sienten culpa, y eso es una bomba de tiempo que detona en la escuela».