[et_pb_section bb_built=»1″][et_pb_row][et_pb_column type=»4_4″][et_pb_text]
Mas allá de las palabras, el cuerpo de los protagonistas en el reciente proceso eleccionario en Argentina expresaron y reflejaron intensas emociones en sus movimientos kinésicos o microexpresiones faciales.
Sería una obviedad analizar la gestualidad de los que triunfan ya que la alegría no se oculta en la victoria ni se justifican los esfuerzos para simularla. Sin embargo, en la adversidad y el fracaso, nos esforzamos casi siempre por demostrar control y templanza.
En el contexto del proceso electoral en Argentina – y también en la región-, los miedos, las angustias, los odios y las afinidades, se han manifestado una y otra vez en los protagonistas de la política, a veces en forma de mueca, otras con un movimiento nervioso de las extremidades, con una alteración en la frecuencia del parpadeo o con un leve movimiento pendular del cuerpo. Del modo que sea, nuestro cuerpo se expresa liberando emociones sin importar lo que afirmamos o negamos.
Ante la derrota electoral, Macri se presentó en un breve discurso de poco más de 10 minutos para reconocerla y felicitar a a su adversario, Alberto Fernandez.
Intentó mostrarse calmo y ameno. Lo logró. En parte, con un paralenguaje lejos de aquel histriónico «No se inunda más!!». No obstante eso, su brazo izquierdo caía una y otra vez con cada frase, con su peso muerto rebotando sobre su pierna izquierda reflejando desgano y pesimismo.
Asimismo, hubo otra expresión predominante en el cuerpo del presidente Macri durante su breve discurso dirigido principalmente a sus seguidores. Pasados los dos minutos treinta, la cámara lo toma de cuerpo entero con sus piernas levemente flexionadas. Es la postura beta del alivio. Un alivio de quien se ve vencido pero liberado de un sufrimiento que ya no soporta.
En el caso de Pichetto , quizás lo mas revelador de su lenguaje corporal no hayan sido puños cerrados denotando ira en los primeros minutos de las palabras de Macri, sino el rechazo que siente hacia la propuesta política del presidente, pese a defenderla verbalmente.
Su cuerpo lo revela magistralmente en el minuto 39, ocultando ambas manos detrás de su cuerpo como respuesta a las palabras de Macri señalando «el cambio que empezamos juntos».
Asimismo al comienzo del tercer minuto, Macri agradece a Pichetto y ambos se tocan extendiendo sus brazos pero ninguno de los dos despega los pies del piso para achicar la proxemia. Una reacción involuntaria que solemos tener con quienes no tenemos empatía real.
Ya sobre el minuto tres y medio Macri vuelve a agradecer » a los dirgentes de Juntos por el Cambio» y el cuerpo de Pichetto reacciona nuevamente como un reloj. Sus manos se unen detrás de su cuerpo con un claro mensaje negativo y de rechazo.
Puede que Pichetto haya engañado a Macri con apoyo y adhesiones verbales y discursivas, puede que Macri simule con retórica «casual» a sus colaboradores sobre su estado de ánimo, Pero el cuerpo de Pichetto dice que no se siente cómodo en Cambiemos y el de Macri que tolera a Pichetto obligado por las circunstancias y que está aliviado de no tener que seguir siendo presidente.
Nuestras palabras pueden llevar mensajes con verdades a medias pero como siempre decimos en nuestro Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal, nuestro cuerpo no sabe mentir.
Hugo Lescano
Director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal Instagram: @hlescano
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]