El restaurante Ama Gozua, ubicado a la altura del kilómetro 274 de la Ruta 2, en el partido de Maipú, era una parada obligada para quienes viajaban hacia la Costa Atlántica. Eso fue hasta septiembre de 2020, cuando la pandemia y sus consecuencias llevaron a sus dueños a cerrarlo y poner a la venta el mobiliario para poder afrontar parte de las deudas.
El 14 de abril pasado, luego de 2 años y 7 meses, Ama Gozua reabrió sin la necesidad de hacer publicidad y lo curioso es que uno de sus nuevos propietarios era cliente del lugar. “No vamos a cambiar nada. Siento felicidad de poder darle cuerda al reloj para que esta historia siga viva”, contó Favio Garri en La Nación.
El inmigrante vasco Guillermo Ercoreca, que llegó a principios de siglo a la Argentina, comenzó haciendo morcillas y chorizos que vendía a los camioneros, abrió el restaurante -que mantiene la fachada de un almacén de ramos generales- en 1968.
La familia Ercoreca cruzó toda la historia de Ama Gozua. Guillermo y su esposa, Evangelina Bilbao, lo abrieron en 1968. Cuando él murió, siguieron con el legado sus hijos Guillermo, Miguel y Fernando. Ella siguió cocinando, su sopa animó a miles de viajeros antes de llegar a la costa. El menú se tocó muy poco en 5 décadas. Miguel Ercoreca tuvo a cargo la producción de las morcillas y los chorizos, dos pilares de la propuesta.
Tras el cierre, Miguel se había alejado de la charcutería. “Lo llamamos inmediatamente para que vuelva a su lugar histórico”, dijo Garri. Hace un mes volvió a producir, y además del menú, sus morcillas y chorizos se venden frescas para los que pretenden continuar con el hechizo en sus casas.
El mozo es el mismo de siempre: Juan Ercoreca, bisnieto del fundador. Pieza clave en el salón, conocedor de los gustos de los viajeros y de sus nombres, su presencia transmite seguridad. “Jamás se nos pasó por la cabeza convocar a otras personas, es como si la familia Ercoreca siguiera en Ama Gozua, pero con una ayuda de capitales externos”, enfatizó el nuevo propietario.
Si bien durante dos meses y medio se hicieron arreglos eléctricos, de pintura y se modernizó la cocina, los clientes que vuelvan se encontrarán con la misma escenografía de siempre. “No movimos ni un solo mueble, la idea fue dejar todo tal cual, nosotros fuimos clientes y como tales, no nos gustaría que las cosas cambien. Tampoco cambiamos la carta, que es también un clásico”, afirmó Garri.
Entre los miles y miles de clientes que se deleitaron con el plato clásico de Ama Gozua (chorizo o morcilla a la parrilla con papas fritas y dos huevos fritos) están Susana Giménez, Moria Casán y hasta estrellas internacionales como Viggo Mortensen. “Es muy grande la fascinación que Ama Gozua provoca, es un clásico. En estos días hay clientes que me han dicho que han soñado con nuestros chorizos y morcillas”, aseguró Garri.